Entrevista para la revista Tiempos más Nuevos
Por Teresa Mazón
Laura Toves es madrileña, está casada, es madre de familia y se dedica al marketing online. Se declara una apasionada de la música, y de hecho toca el violonchelo en una orquesta sinfónica. Desde pequeña ha sido una lectora empedernida de novela histórica y romántica, y desde hace años la narrativa de ficción y también ha ocupado su tiempo libre. Acaba de estrenarse con su primera novela.
Laura, ¿cómo surgió la idea de escribir este libro?
Hola, Teresa. Si te soy sincera, siempre he tenido “historietas” rondándome por la cabeza, llegando incluso a desarrollarlas durante varios días. Pero luego llegaba a un punto muerto, me cansaba y lo dejaba, hasta que empezaba otra distinta. Si bien es cierto, en ninguna de ellas he sentido la necesidad de plasmarlas por escrito. Hasta que un buen día, la relación entre Sean y Olivia, los protagonistas, brotó con tanta intensidad que por mero impulso abrí el ordenador, “Word en mano”, y empecé a escribir, sin saber preparar un argumento ni una historia convincente. Sin conocer cómo crear y desarrollar los personajes, planear las dificultades con las que se van a encontrar, los conflictos que tendrán que superar, y sobre todo, sin experiencia a la hora de darle un final adecuado.
Te estarás preguntado entonces, ¿cómo ha salido el libro Mecida por el viento? Siempre he leído mucho y creo que, instintivamente, he ido desarrollando todos los elementos necesarios para cautivar al lector que disfruta con este tipo de narrativa; la novela romántica.
Publicar un libro es un sueño para muchos, y supongo que no será fácil. Hay miles de escritores y supongo que sin una trayectoria previa, lanzarse a ese mundo no será tarea sencilla. ¿Cómo ha sido en tu caso?
Estás en lo cierto, Teresa. Escribí para mí sin ninguna intención de enseñarla fuera de mi ámbito personal. Creo que ni siquiera tenía en mente que a alguien le fuese a gustar. Sin haberla terminado en su totalidad, un buen día le dije a mi marido: —He escrito un libro.
No te puedes imaginar la cara de sorpresa e incredulidad que puso. Como a él le encanta leer, en un par de días acabó con las 530 páginas que había escrito, y al ver su cara de emoción, pensé, ¡ostras, he sido capaz de escribir algo verdaderamente conmovedor! Confieso que me dio unas pautas para reescribir el último capítulo y darle un final enternecedor. Con esa idea lo acabé, hice el epílogo, y se lo di a leer a familiares y amigos más íntimos. Para mi sorpresa los buenos comentarios no se hicieron esperar. Ante esta tesitura fue mi marido quien me convenció para enviarlo a editoriales.
A los pocos días empecé a recibir ofertas de editoriales de edición y/o coedición, es decir, editoriales en las que tú corres con el riesgo y pones el dinero. Cuando por fin me decidí por una de ellas, recibí la llamada de Adelaida, la editora que dirige el sello Click Ediciones, del Grupo Planeta. Me quedé muda, sin saber muy bien que decir. Me estaba ofreciendo un contrato de edición, confiaba en Mecida por el viento y quería publicarlo. ¡Te podrás imaginar el estado de shock en el que me quedé!
¿Por qué una novela romántica? ¿Es debido a que es lo que más has leído, o hay alguna razón más?
Por mi forma de ser soy muy emotiva, vibro con los sentimientos y las emociones, y creo que tengo una especial sensibilidad para captarlos y plasmarlos. De hecho, siempre he dado rienda suelta a esta faceta con el mundo de la música, bien cuando me inicié en el Conservatorio de Música, bien con mi violonchelo, bien leyendo bastante literatura romántica (no entendiendo como tal las típicas novelas “rosas”). Para que me entiendas, me encantan los clásicos como Jane Austen, Charlotte Brontë o Elizabeth Gaskell, y también disfruto con autores actuales como Nicholas Sparks. Por tanto, escribir novela romántica ha sido lo más natural en mi.
Eres una amante de la música, y eso se ve en la novela. Diríamos que es una de las facetas de ti que se muestran en sus páginas. ¿Te es fácil expresar con palabras lo que la música despierta en ti?
Cierto. La novela rebosa musicalidad en su más puro estilo y también está salpicada de tintes religiosos a lo largo de todas sus páginas. La protagonista es violonchelista y se dedica profesionalmente a ello. De esta forma plasmo con palabras las sensaciones que las distintas obras que relato me producen. Por ejemplo, buceando entre sus páginas se puede leer:
…Hoy están retransmitiendo el Concierto para la noche de Navidad, de Corelli. Siempre he disfrutado con las bellas melodías de esta obra, en concreto las que dan forma al diálogo entre los dos violines y el violonchelo, acompañados sutilmente por el resto de la cuerda. Es una música pequeña, como pequeño, sencillo y humilde era el pesebre donde Cristo nació. Al mismo tiempo es cálida y rebosante de momentos íntimamente delicados, como lo fue la adoración de los pastores que allí se encontraban…
Para es muy sencillo expresar con palabras las emociones que la música me produce. De hecho, esa parte me salía sola. También he de decir que tuve que cortar algunos pasajes de este estilo, obligándome a recordar a mi misma que no estaba escribiendo un tratado de musicología, sino una historia, una novela.
En la segunda línea de la novela aparece mencionada una “diminuta capilla”. Para los que la conocemos y te conocemos a ti, sabemos que es el Santuario de Schoenstatt. ¿Por qué has querido mencionarlo, y justo nada más comenzar?
Es muy sencillo, en Schoenstatt he encontrado mi sitio: la pedagogía de la alianza, la de los vínculos o la de la confianza, la fe práctica en la divina providencia… todo ello he querido reflejarlo en el libro, aunque sin mencionarlo directamente. A través de los acontecimientos que relato, y sobre todo a través de Olivia, la protagonista femenina, se pueden entrever entre líneas rasgos y tintes Schoenstattianos.
No solo describo el Santuario en el capítulo 1, sino que aparece a lo largo de la trama unas cuantas veces más, e incluso describo a una Hermana de María “imaginaria”. Me reservo el final, que es, sencillamente emotivo, con el Santuario como protagonista.
¿No te parece “valiente”, si lo que quieres es que tu libro llegue a muchas personas, empezar tu historia hablando de un personaje que lo primero que hace es entrar en una capilla a rezar?
En realidad no se si describirlo como “valiente” o quizás “arriesgado” para una novela romántica. Es probable que así sea. Mecida por el vientoestá catalogada dentro de este género, pero tiene bastante de música clásica y de religiosidad. Cuando escribes una novela en ella plasmas un pequeño rinconcito de tu corazón, y si el mío rebosa de ambos, ¿por qué no contarlo? A veces pienso que tal vez estos elementos puedan haber influido en seleccionar mi novela para publicarla; se sale totalmente de lo convencional.
En cierta ocasión un compañero de mi curso de Federación, después de haberla leído, me sugirió que podría dedicarme realizar un apostolado activo a través de la literatura. Eso si que me sorprendió gratamente.
¿Por qué elegiste ese título? ¿Tiene algún significado con lo que quiere transmitir tu novela?
En realidad la novela nació con otro título parecido que no he podido utilizar por estar registrado. Buscando variantes, a mi hermana se le ocurrió Mecida por el viento. Me gustó tanto que no lo dudé. Simboliza el camino que realiza la protagonista a través de sus páginas. Cuando la historia comienza, Olivia busca consuelo e intuitivamente las gracias del Santuario para poder superar una tragedia personal. Aunque al principio pueda simbolizar “un junco seco”, se deja guiar por la providencia, por las voces del tiempo, del ser y del alma, y se deja mecer por la brisa y el viento, simbolizados por la fuerte personalidad del protagonista masculino, Sean. Sin embargo, Olivia conservará sus convicciones, firmemente arraigadas por fuertes principios.
Teresa Mazón Born